Piensa que cuando vivimos una determinada experiencia, sobre todo sí es fuerte, viene acompañada de un proceso en el cual aparecen todo tipo de sentimientos y emociones que nos ponen contra las cuerdas.
Pues no lo dudes ni un segundo. Has de permitirte sentir. Si te han hecho daño, estás en tu derecho de enfadarte y de reconocer que es lo que te remueve por dentro.
Si por el contrario, te reprimes y no reaccionas puedes llegar a transformar ese dolor en odio y frustración, y créeme que esto, te va a acompañar mucho más tiempo.
No te limites ni te condiciones, siente. Con el paso de los días irás sanando y todos esos sentimientos y emociones disminuirán. Te encontrarás mucho más tranquila y distanciada de lo que en su momento te dañó.